Retiro de ahorros previsionales para contrarrestar los efectos económicos: un camino poco recomendable

A fines de abril, el Congreso de Perú aprobó una ley que permitió el retiro de hasta el 25% de los fondos privados de pensiones para mitigar el impacto del coronavirus, en un desafío al Gobierno que rechazó la iniciativa por los efectos nocivos en los ahorros de las personas y la economía. Y fue justamente eso último lo que ocurrió.

Fue así que el Banco Central de Perú debió intervenir con un préstamo, como una medida que busca evitar que las empresas de fondos de pensiones pierdan rentabilidad y tengan que liquidar sus inversiones en medio de la situación de inestabilidad.

Durante estos últimos años el tema más recurrente en materia de pensiones en nuestro país ha sido el bajo monto de éstas, y prácticamente todos los esfuerzos que se están haciendo para reformar el sistema de pensiones apuntan a cómo incrementar el monto y especialmente de aquellas que reciben o recibirán la personas de más bajos recursos.

Por eso que es un contrasentido el ocupar esos fondos para “amortiguar” los efectos económicos de la pandemia. Esto tendría un impacto negativo en las futuras pensiones, es decir, «pan para hoy, hambre para mañana”, ya que el monto de las pensiones es proporcional al ahorro acumulado. 

Para los efectos económicos de la pandemia, el Gobierno chileno ha definido una serie de medidas que van en dirección de entregar recursos a los más necesitados, como también a los trabajadores que han tenido que suspender sus contratos de trabajos o para los independientes, Pymes y empresas grandes que por efecto de la crisis sanitaria han visto como sus ingresos se han reducido o desaparecido.

Adicionalmente, al hacerlo con los ahorros previsionales, cada persona estaría resolviendo sus problemas con sus propios recursos, lo que es poco solidario para ciertos segmentos, dada la naturaleza de la crisis. En cambio, a través del fondo de cesantía (en parte financiado por los empleadores) y programas ad hoc del Gobierno, se demuestra que el Estado cumple su rol subsidiario, aportando recursos de todos en ayuda de los más afectados.

Como lo señaló Bernardo Fontaine, empresario y director de diversas sociedades, Perú a diferencia de Chile no cuenta con un Seguro de Cesantía, que le hubiese permitido no tener que utilizar los fondos previsionales para paliar los efectos de la crisis. En momentos tan críticos como estos, es donde sale a relucir la fortaleza institucional de los países. 


Fuente: Unidos por Chile – Miércoles 13 de Mayo 2020