Redes sociales y debate democrático

Habría elementos en su modelo de negocio que, por su propia naturaleza, promoverían el atrincheramiento en posturas extremas.

Sin desconocer el aporte que las redes sociales han significado para la comunicación instantánea y la difusión transversal de contenidos sin costo, la polémica sobre las consecuencias de su impacto ha aumentado en el último tiempo debido a su creciente influencia en las relaciones sociales y políticas. Se multiplican las voces que claman por una mayor regulación de las plataformas digitales, cuyo desarrollo ha originado un gran acopio de datos personales fácilmente manipulable mediante algoritmos cada vez más poderosos y autosuficientes.

Un reciente documental de Netflix realizado en Estados Unidos intenta desnudar el trasfondo del modelo de negocio de Google, Facebook, Instagram y otras plataformas. Mediante dramatizaciones y el testimonio de exejecutivos, creadores y analistas se pretende develar el impacto de las redes sociales que, a través de la pantalla del celular, pueden modificar conductas, afectar los comportamientos sociales y menoscabar la convivencia democrática. Su relato advierte sobre el alcance que estas tecnologías consiguen al satisfacer las necesidades de conexión, información y aceptación tan propias del ser humano, en un trabajo de persuasión que —según los entrevistados— responde a un modelo de negocio basado en captar la atención de una manera imperceptible, similar a la de la “magia”, para conseguir penetración y fidelidad.

Así, lo que comenzara con un objetivo de mera conectividad, hoy ha alcanzado ribetes inimaginables, con efectos de dependencia en los jóvenes, quienes pueden llegar a construir sus relaciones sociales y afectivas a través de las redes, buscando protagonismo y atención mediante la optimización de sus conexiones.

Inquieta especialmente la influencia de las redes sociales en el ámbito político. La evidencia internacional ilustra sobre diversos procesos electorales afectados por la propagación de noticias falsas para torcer los resultados, así como el uso de datos personales con el fin de persuadir a favor de determinadas posturas. En Estados Unidos se han extremado las precauciones para evitar intentos por enturbiar el proceso electoral como ocurriera hace cuatro años. Desde entonces, los máximos ejecutivos de las grandes plataformas digitales han debido dar cuenta de los resguardos asumidos por las compañías para evitar manipulaciones mediante la desinformación. Pero si bien muchas de las empresas han adoptado protocolos de control, advirtiendo a las audiencias cuando se trata de informaciones falsas o rechazando contenidos que contengan discursos de odio, las redes sociales tienen una forma de operar que —estiman algunos— en sí misma facilitaría la desinformación, la confrontación y el atrincheramiento en posturas extremas, precisamente debido a su particular modelo de negocio, basado en la identificación de los intereses, creencias y actitudes de los usuarios, y en la entrega permanente de contenidos que los refuercen. De este modo, se tendería a crear un efecto “burbuja”, profundamente divisivo socialmente y que estaría jugando un papel clave en los fenómenos de polarización política que hoy se observan en el mundo.

Cuando Chile se apresta a iniciar un ciclo de sucesivos procesos electorales, recobra especial relevancia la calidad del debate político, pues de adoptar la lógica de las redes sociales, donde prevalece la descalificación anónima, más que el argumento razonado, será difícil dotar la discusión de contenidos democráticos constructivos. Les cabe a los líderes políticos la responsabilidad de evitar el simplismo propio del mensaje virtual, así como a los medios de comunicación profesionales la de dotar de contenidos informativos contrastables y contextualizados, en bien de una toma de decisiones ciudadana informada, evitando la polarización que entrampa el debate y desfigura la realidad al desconocer los matices que son propios del sistema democrático.

Queremos aprovechar la instancia para recomendarles un interesante artículo relacionado al tema publicado en el stio de BBC: “Cómo un test de personalidad de Facebook le sirvió a Cambridge Analytica para recolectar información privada de millones de usuarios sin que lo supieran” (LINK: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-43460702)


Fuente: El Mercurio – Domingo 27 de septiembre de 2020