Unidos Por Chile

Uno de los más grandes desafíos de los movimientos ciudadanos voluntarios, como Unidos por Chile, es mantener la energía, el foco y el entusiasmo en el tiempo. Más aún en tiempos de Pandemia.

Pero la Pandemia sanitaria pasará y nos quedaremos con la realidad cotidiana. Un grupo queriendo nuevamente imponer a toda costa y sin importar los costos, su ideología y su modelo, que aunque fracasado y añejo, lo seguirán impulsando con renovada fe, pues no es un acto de racional búsqueda del bienestar o la excelencia,  sino un dogma que sólo necesita pasión y fe.

Si no nos preparamos, promoviendo conciencia en los ciudadanos, en quienes generan la fuerza de trabajo, en quienes pagan sus impuestos, en quienes forjan sus familias, en quienes madrugan y construyen, en quienes creen que el trabajo arduo, el estudio y la responsabilidad son importantes, nos quedaremos atascados en la Pandemia de la tontera y de la mala política.

En Unidos por Chile, necesitamos ser factor de cambio, somos los ciudadanos quienes debemos empujar con fuerza los cambios hacia un mejor futuro. Los malos políticos nos han llevado a una situación lamentable.

Hoy vemos el espectáculo replicado con fuerza en los matinales, una y otra vez, la mezquindad y la pequeñez son la tónica, el oportunismo y la ignorancia son los reyes. Lamento decirles, que no podemos bajar los brazos y debemos continuar con fuerza señalando lo que está mal y apoyando lo que está bien.

Tenemos que exigir la buena política; esa de los lideres, del entendimiento, del conocimiento, de la casa común, de las oportunidades, de la justicia, de la transparencia y por sobre todo, la del amor por Chile.

Si bien la virtud y la inteligencia no es patrimonio de un sector, pareciera ser que la tontera  si lo es. En este movimiento, cada uno tiene una gran potencia, pero nuestra mayor virtud, es la suma de todas nuestras luces y el tratar de disminuir entre todos nuestras sombras.