Trinidad Fernández.
Psicopedagoga.
Las lagunas de una generación, los nuevos retos en Educación
El año académico comenzó y poco hemos hablado respecto de las consecuencias de todas las paralizaciones y cierres de año académico adelantados que sufrieron muchos establecimientos durante 2019. Aún vemos con poca claridad cómo se desarrollará este 2020.
Sin ir más lejos, el pasado 4 de marzo al iniciarse las clases en el emblemático Instituto Nacional, el municipio de Santiago reportó a la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados que el año pasado se vio un 58% de la materia.
Consultamos con la Psicopedagoga Trinidad Fernández, miembro de Unidos por Chile, sobre las consecuencias que podrían afectar en un futuro cercano a la generación de alumnos que han visto interrumpido su proceso educativo y nos comentó:
Son muchos los factores que entran en juego, pero sin duda esas lagunas les van a pasar la cuenta. Sobretodo si evaluamos casos como los del Instituto Nacional, establecimiento donde han habido muchos años con tomas. Cada año irregular va dejando un vacío que aumenta las posibilidades de fracaso donde estos vacíos son pre requisitos.
En paralelo, también existen los alumnos con más recursos y/o más motivados que de alguna manera consiguen suplir ese gap. Hay casos donde un familiar o tutor con conocimientos, los dirige y apoya. En otros, pueden acceder a clases particulares en las áreas de más interés. Pero no son la mayoría.
No obstante, mucho de ese 42% de conocimiento que no se logró entregar en clases queda en el tintero. Los más motivados buscan ponerse al día de acuerdo a sus necesidades, intereses o posibilidades, pero difícilmente lo van a abarcar todo. La medición final de las consecuencias que dejan estas lagunas, las podremos ver con los resultados del Simce.
Los alumnos que quedan sin clases por mucho tiempo pierden no solo en adquisición de contenidos sino también en sistematicidad y en estructura. Además, los expone a caer en problemáticas juveniles por exceso de tiempo libre.
La consecuencia más seria que uno podría predecir es para los niños que más les cuesta aprender y para aquellos con menos recursos, ya sea por la falta de contención en el entorno y guía, y por menos motivación. Esos niños quedan con lagunas y muchas más dificultades para adquirir los nuevos aprendizajes.
Al final, lo que se produce es que se aumenta la brecha entre los que tienen facilidad para aprender y más motivación con los que tienen dificultad y menos motivación.