Por Ricardo Tuane,
Fundador Unidos por Chile.
La última carta…
Hoy vi un titular que partía así: “La última carta…” esas palabras quedaron resonando en mi mente, y me hicieron profundo sentido. Creo efectivamente que pronto nos jugaremos la última carta del naipe.
Estamos en una situación extremadamente compleja desde el punto de vista sanitario, dramática desde el punto de vista económico y crítica desde el punto de vista social.
Sin embargo creo que la mayor dificultad radica en la carencia de líderes que piensen en grande y en forma generosa, Chile es nuestra casa, y entre todos la hemos construido.
Algunos siguen afirmando que un plebiscito en octubre hará un acto de magia, que resolverá nuestros problemas. A mi entender, es un camino inapropiado para las circunstancias que deberemos afrontar, y aún cuando muchos estén en completo desacuerdo, creo sinceramente que es indispensable posponer o suspender el plebiscito.
Las decisiones trascendentes que forjan una sociedad más efectiva e inclusiva, se toman cuando están las condiciones para hacerlo, de otro modo suelen generarse una secuencia de desaciertos, que muchas veces terminan empeorando la situación de sus ciudadanos.
Posponer hasta que las condiciones sanitarias, económicas y de paz social estén dadas, no es más que un llamado a la cordura.
En el ámbito del complejo escenario post octubre y pandemia, un proceso plebiscitario de cambio constitucional, sólo traerá incertidumbre política por al menos 2 años, en donde las grandes inversiones se verán paralizadas y esto generará un impacto negativo en la economía, y como consecuencia la disminución dramática de fuentes laborales, y con ello una creciente cesantía.
Los ciudadanos, necesitan trabajo para poder sustentar a los suyos, esto es mantener la dignidad, no es sólo poner comida sobre la mesa.
Es hora de hacer los cambios, estos pueden realizarse ahora, eso ya está demostrado. Todos aquellos que sean necesarios para proteger de los abusos y evitar la corrupción, para dar oportunidades y emparejar la cancha de una vez. Estos cambios requieren sólo de la voluntad y generosidad de los políticos.
Es la última carta del naipe; la del entendimiento, la de tender puentes, la del conocimiento, de la experiencia, de la inteligencia y de la ambición positiva.
Pero me temo que esta última carta, es una carta marcada y como siempre nos volverán a hacer trampa.
Estamos en una situación extremadamente compleja desde el punto de vista sanitario, dramática desde el punto de vista económico y crítica desde el punto de vista social.
Sin embargo creo que la mayor dificultad radica en la carencia de líderes que piensen en grande y en forma generosa, Chile es nuestra casa, y entre todos la hemos construido.
Algunos siguen afirmando que un plebiscito en octubre hará un acto de magia, que resolverá nuestros problemas. A mi entender, es un camino inapropiado para las circunstancias que deberemos afrontar, y aún cuando muchos estén en completo desacuerdo, creo sinceramente que es indispensable posponer o suspender el plebiscito.
Las decisiones trascendentes que forjan una sociedad más efectiva e inclusiva, se toman cuando están las condiciones para hacerlo, de otro modo suelen generarse una secuencia de desaciertos, que muchas veces terminan empeorando la situación de sus ciudadanos.
Posponer hasta que las condiciones sanitarias, económicas y de paz social estén dadas, no es más que un llamado a la cordura.
En el ámbito del complejo escenario post octubre y pandemia, un proceso plebiscitario de cambio constitucional, sólo traerá incertidumbre política por al menos 2 años, en donde las grandes inversiones se verán paralizadas y esto generará un impacto negativo en la economía, y como consecuencia la disminución dramática de fuentes laborales, y con ello una creciente cesantía.
Los ciudadanos, necesitan trabajo para poder sustentar a los suyos, esto es mantener la dignidad, no es sólo poner comida sobre la mesa.
Es hora de hacer los cambios, estos pueden realizarse ahora, eso ya está demostrado. Todos aquellos que sean necesarios para proteger de los abusos y evitar la corrupción, para dar oportunidades y emparejar la cancha de una vez. Estos cambios requieren sólo de la voluntad y generosidad de los políticos.
Es la última carta del naipe; la del entendimiento, la de tender puentes, la del conocimiento, de la experiencia, de la inteligencia y de la ambición positiva.
Pero me temo que esta última carta, es una carta marcada y como siempre nos volverán a hacer trampa.
Fuente: Unidos por Chile – Martes 02 de Junio 2020