Unidos Por Chile

El honorable Diputado Hugo Humberto Gutiérrez Gálvez, es quizás el mejor referente -aunque desgraciadamente no es el único- de aquellos personajes que con sus destempladas declaraciones y desatinadas acciones contribuyen al desprestigio de la política, actividad que está en el último lugar de credibilidad ciudadana, según muestra cualquier encuesta seria.

Esto no tiene relación con su tendencia ideológica, tema que no viene al caso en este momento, sino con sus reiteradas conductas que llaman a la violencia y al desacato, a través de innumerables actitudes erráticas y comportamientos que faltan a la ética y moral, convirtiéndolo en el adalid de la intolerancia, irrespetuosidad, resentimiento y por ende un  promotor de la profunda división que afecta al país.

A pesar de estar por su investidura llamado a elaborar leyes, no respeta la ley, abusa de ella en base a resquicios, mentiras descaradas, manipulación de la verdad, burlándose de aquellos a quienes la sociedad han encargado su vigilancia.

No acata los fallos de la justicia, sintiéndose por sobre ella, sin considerar que ostenta el cargo de diputado solamente por un pacto que le permitió no tener competencia de su sector en su distrito. 

Su prepotencia supina, queda reflejada en diversos episodios. El último en el que está envuelto, debe ser sancionado por los organismos competentes, partiendo por una sanción ética de sus pares y la petición de su desafuero que permita actuar a la justicia con los suficientes medios de prueba que existen, para sancionarlo por sus reiteradas faltas.

Finalmente, la sociedad debiera transversalmente castigarlo con el repudio, pues incita a una polarización de la ciudadanía, y señalarlo claramente como uno de esos personajes que no deseamos que rija los destinos de nuestro país.