Unidos Por Chile

Chile se ha formado entre otros factores, por una amalgama de inmigrantes, los cuales en distintos períodos de la historia llegaron a Chile buscando refugio y un lugar mejor para vivir y desarrollarse. Han sido y qué duda cabe, un aporte a nuestro país.

En Chile, en los últimos 4 años ingresaron y se quedaron, 1.000.000 (un millón de inmigrantes) según cifras oficiales, de los cuales, el 90% tenía visa de turismo.

Esta semana se votará una nueva ley de inmigración, la cual busca modernizar y dar un orden a la inmigración, para asegurar por una parte que quienes lo hagan, tengan las mínimas oportunidades y garantías que serán recibidos en dignidad y con el debido apoyo por parte de nuestro país, y puedan acceder a salud, educación y trabajo. Y que por supuesto cumplan a cabalidad con las leyes chilenas. Para que eso pueda ser efectivo, se requiere que la inmigración sea ordenada y de acuerdo los requisitos que la ley establece.

Todos los países cuentan con una política migratoria seria.
Dos senadores de oposición, Isabel Allende del partido Socialista y Juan Ignacio Latorre de Revolución Democrática, han presentado dos indicaciones a la ley; la primera, en la cual cualquier extranjero con sólo señalar que busca trabajo, se le debe conceder visa de ingreso (sin ningún otro requisito) y la segunda, que una vez promulgada la ley, todos los inmigrantes ilegales (absolutamente todos) que ya están en Chile, serán regularizados en forma automática.

Si se aprueban estas indicaciones, según las cifras más conservadoras, tendremos al menos 1 millón de  nuevos inmigrantes en los próximos 24 meses.  

No hay posibilidad que el sistema de Salud, Educación y  Seguridad Social aguante. No habrá el trabajo necesario y veremos como esos inmigrantes que vienen en búsqueda de refugio y el sueño de un mejor futuro, estarán condenados al hacinamiento y la pobreza.

¿Porqué se presentan este tipo de indicaciones?

Como diría el senador Navarro, algo huele mal.